Publicado en 22 abr 00:00 , 0 comentarios

El problema: La periodontitis, o enfermedad de las encías, es una infección “polimicrobiana” (“poli” – muchas; “microbiana” – bacteriana), lo que significa que es causada por combinaciones de diferentes tipos de bacterias. Existen varias formas de periodontitis, pero todas son el resultado de una interacción entre las bacterias y el sistema inmunológico (de defensa) del cuerpo. Muchas de estas bacterias se encuentran en la biopelícula (placa) que se acumula en los dientes en la línea de las encías, en ausencia de una higiene bucal diaria eficaz. Las bacterias migran a lo largo de las superficies de las raíces sobre las cuales se calcifican produciendo una sustancia endurecida conocida como cálculo o sarro. El revestimiento interior de los tejidos de las encías se inflama y ulcera en respuesta a la presencia de bacterias.

Por lo tanto, en un individuo susceptible, la respuesta inflamatoria resultante puede causar la destrucción de los tejidos periodontales y del hueso que sostiene los dientes, siendo la consecuencia última la pérdida de los dientes.

La solución: El objetivo principal del tratamiento periodontal (de las encías) es detener el proceso de la enfermedad. Por tanto, el tratamiento de la enfermedad de las encías tiene como objetivo controlar la causa. Esto se logra mediante lo que se conoce como “terapia inicial” o terapia “relacionada con la causa”, en la que se limpian y desinfectan las superficies de las raíces afectadas, lo que permite el restablecimiento de la salud. Las personas susceptibles también deben aprender y capacitarse para eliminar la biopelícula bacteriana para lograr niveles óptimos de higiene bucal diaria. Una vez que se ha establecido el control de la inflamación y la infección mediante la terapia inicial, los objetivos secundarios (en casos más avanzados) pueden incluir el tratamiento quirúrgico, para ayudar a regenerar una inserción periodontal saludable en los dientes.

Técnicas de tratamiento para la terapia inicial: La primera fase de la terapia periodontal consiste en la alteración mecánica de la biopelícula. Esto requiere un tratamiento clínico para eliminar las bacterias y los cálculos de las superficies de las raíces de los dientes afectados. Este tratamiento, conocido como “raspado y alisado radicular” o “desbridamiento radicular”, se lleva a cabo tradicionalmente utilizando instrumentos manuales y/o instrumentos ultrasónicos (vibratorios de alta frecuencia), los cuales requieren un alto grado de habilidad y sensibilidad táctil. La terapia no quirúrgica depende de la técnica y requiere mucho tiempo. Alguna vez se consideró necesario eliminar el revestimiento de las “bolsas” que se forman entre el tejido inflamado de las encías y los dientes. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que siempre que las bacterias puedan eliminarse eficazmente, los tejidos pueden sanar independientemente de que se elimine o no el revestimiento de la bolsa mediante un procedimiento conocido como legrado.